Sin lugar a duda, Internet es ahora más móvil que nunca. Ninguna agencia o diseñador web que se precie, haría a día de hoy una web que no sea responsive, es decir, que su diseño sea capaz de adaptarse a cualquier dispositivo para ofrecer una experiencia de navegación óptima. La tendencia de diseñar webs para móvil es más fuerte que nunca, sobre todo gracias a Google, que cada vez más prima en el SERP (páginas de resultado de búsqueda) que las versiones mobile de los sites estén bien diseñadas. Es decir, que el buscador valora, por encima de todo, la versión móvil de los sitios web y los posiciona en función de la experiencia que el usuario obtenga en esta en función de la usabilidad, la velocidad de carga, la calidad del contenido…Por lo tanto, las webs responsive no son el futuro sino que ya son el presente.
El usuario, lo primero
El comportamiento del buscador no es de extrañar si se tiene en cuenta que Google siempre ha primado, por encima de todo, la experiencia de usuario a la hora de posicionar una página web. Las estadísticas le dan la razón y muestran que cada vez más los usuarios acceden a Internet a través de dispositivos móviles. Según un estudio sobre comercio móvil realizado por Ipsos en varios países, durante 2018 el 43% de los usuarios había utilizado el móvil para comprar online en los últimos tres meses.
Factores fundamentales a tener en cuenta
Sin embargo, el diseño web móvil plantea ciertas dificultades para agencias y diseñadores web, que deben prestar especial atención a factores como la velocidad de carga. De hecho, las estadísticas dicen que los usuarios solo dan de tres a cinco segundos de margen a una web para que se muestre en el móvil.
También hay que tener en cuenta que los dispositivos móviles son muy diversos entre sí, ya que existen grandes diferencias en términos de tamaño de pantalla, resolución, características técnicas…
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